Frente a los crecientes temores de la violencia del verano, el presidente Joe Biden se ha embarcado en un acto político precario, tratando de equilibrar el apoyo a la aplicación de la ley para frenar el aumento de la delincuencia y al mismo tiempo respaldar el movimiento de reforma policial defendido por muchos de sus partidarios.
Los cubanos que enfrentan la peor crisis económica del país en décadas salieron a las calles durante el fin de semana.