Inocular a los millones de trabajadores indocumentados que producen la abundancia agrícola de Estados Unidos será clave para lograr la inmunidad colectiva contra el covid-19. Pero ganarse la confianza de estos trabajadores está resultando complicado, particularmente en el sur, donde los últimos cuatro años han estado marcados por redadas en el lugar de trabajo y vitriolo antiinmigrante.