El Senado ha votado para comenzar a trabajar en un paquete de infraestructura nacional de casi $ 1 billón.
Los senadores y la Casa Blanca están trabajando furiosamente para salvar un acuerdo de infraestructura bipartidista.
California y la ciudad de Nueva York han anunciado que requerirán que todos los empleados del gobierno se vacunen contra el coronavirus o se enfrenten a las pruebas COVID-19 semanales.
California requerirá que millones de trabajadores de la salud y empleados estatales muestren prueba de la vacuna COVID-19 o se hagan la prueba semanalmente.
La Asamblea General de la ONU aprobó su primera resolución sobre la visión.
Otra ronda para los trabajadores de primera línea y, para ellos, parece que COVID-19 nunca terminará
Profesionales médicos, desde representantes sindicales hasta psiquiatras, hablan sobre el costo, tanto físico como mental, que está teniendo el último aumento de COVID-19 en los trabajadores de primera línea y los efectos podrían ser duraderos.
La lista de candidatos que se postulan en la elección revocatoria del gobernador demócrata Gavin Newsom en California incluye a 41 personas, pero sigue sin resolverse.
<p> Los 69 millones de estadounidenses que cobran el Seguro Social están en camino de lograr el mayor aumento en el costo de vida desde 1983, con un grupo de defensa de personas mayores que proyecta un aumento del 6.1% en los beneficios debido al aumento de la inflación. Los beneficiarios tendrán que esperar ese aumento porque la Administración del Seguro Social ajusta sus pagos solo una vez al […]</p><p> Los <a rel="nofollow" href="https://briefupdates.com/social-security-checks-may-see-the-most-significant-hike-in-four-decades/">cheques posteriores al Seguro Social pueden ver el aumento más significativo en cuatro décadas</a> apareciendo primero en <a rel="nofollow" href="https://briefupdates.com">Breves Actualizaciones</a> .</p>
Un acuerdo de infraestructura bipartidista de $ 1 billón que los senadores firmaron con el presidente Joe Biden corre el riesgo de estancarse.
Frente a los crecientes temores de la violencia del verano, el presidente Joe Biden se ha embarcado en un acto político precario, tratando de equilibrar el apoyo a la aplicación de la ley para frenar el aumento de la delincuencia y al mismo tiempo respaldar el movimiento de reforma policial defendido por muchos de sus partidarios.