BEIRUT — A las pocas horas de Qassem Soleimani, el líder de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y un hombre que se creía invencible y todopoderoso, confirmado muerto, el debate comenzó en Washington sobre la legalidad del ataque que lo mató; de cómo el ataque jugaría en el ciclo político de juicio político y la campaña presidencial 2020; de cuáles serían las consecuencias para cualquier conflicto potencial con Irán.
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