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Esa conclusión se confirma en los datos. Un estudio de 2020 del Pew Research Center encontró que más de la mitad de los estadounidenses no saben que 6 millones de judíos fueron asesinados en el Holocausto. Aproximadamente un tercio de los estadounidenses no pueden identificar las décadas en las que ocurrió el Holocausto. Esas cifras son profundamente preocupantes. Esta tendencia no solo ignora nuestra responsabilidad de seguir siendo sobrevivientes, sino que también socava nuestra capacidad para prevenir la corriente de xenofobia y prejuicio que condujo al Holocausto en primer lugar.
Liga Anti-Difamación (ADL)
En una encuesta reciente realizada por la Liga Anti-Difamación (ADL), el 63% de los judíos estadounidenses dijeron que habían experimentado o presenciado antisemitismo en los últimos cinco años. El 59% sintió que los judíos estaban menos seguros en los Estados Unidos hoy que hace una década, y el 49% temía un ataque violento en una sinagoga.
Tenemos la obligación urgente de abordar la falta de conocimiento del Holocausto y el problema actual del antisemitismo. Diecisiete estados ya exigen que los estudiantes de las escuelas públicas aprendan sobre el Holocausto. Este plan de estudios ofrece a los jóvenes más que una simple conciencia; les impulsa a considerar las realidades de un período tan devastador en el contexto de su propio aprendizaje socioemocional. A través de la exposición a los horrores de esta historia, los estudiantes pueden moldear mejor sus propias identidades en un período de sus vidas en el que la comprensión moral está más profundamente desarrollada . Pero para frenar el mosaico de ignorancia existente sobre el tema, estas medidas deben ser de alcance nacional.
Por supuesto, la legislación no es ni puede ser la solución simple. La verdad es que la educación de la historia fea no se trata solo de la información que los estudiantes aprenden, también se trata de cómo la aprenden y qué eligen hacer con ella más allá del aula.
Competencias clave
A través de estudios de casos de momentos históricos como el Holocausto, la organización que dirijo, Facing History and Ourselves, trabaja con los docentes para apoyar el desarrollo de competencias clave para los estudiantes: pensamiento crítico, reflexión moral, aprendizaje socioemocional y educación cívica. Nuestro enfoque ayuda a los estudiantes a llegar a una comprensión más profunda de la historia y del comportamiento humano, y a reconocer que la historia se hace a través de decisiones individuales. Para que los estudiantes se enfrenten a las fuerzas del fanatismo y los prejuicios, deben comprender cómo surgieron esas fuerzas y cómo se compraron, y sentirse empoderados para tomar sus propias decisiones para crear una sociedad más justa.
Desafortunadamente, la exploración de este momento tan doloroso y desafiante de la historia es tan relevante ahora como siempre. En marzo, un entrenador de fútbol de una escuela secundaria fue despedido por instituir llamadas de juego llamadas “Auschwitz” y “Rabbi” en la programación del equipo. Esta semana, los estudiantes de la Universidad de Connecticut realizaron una manifestación en respuesta a una serie de ataques antisemitas en el campus. Estos incidentes antisemitas conmocionaron a sus comunidades, pero también representan la peligrosa realidad de ignorar el trabajo de educación sobre el Holocausto. Sin un cambio en nuestras políticas nacionales y estatales, tales eventos no solo ocurrirán con más frecuencia, sino que también serán normalizados por comunidades que carecen de la educación para conocer mejor.