Está oscuro dentro del autobús de campaña de Joe Biden, un pesado diesel azul estampado con el eslogan Battle for the Soul of the Nation. A fines de enero por la tarde en Iowa, el ex vicepresidente está en la estrecha cabina trasera, tomando una taza de papel de café Panera Bread para que el movimiento de la carretera y el zumbido del motor no lo adormezcan.
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