Al igual que millones de otros estadounidenses, no tenía ni idea de lo que saldría del discurso del presidente Trump el miércoles en respuesta al ataque de Irán el martes por la noche en una base militar en Irak. El hecho de que no estaba programado para hablar desde la Oficina Oval hizo improbable que anunciara una escalada en el conflicto entre Washington y Teherán, y mucho menos el comienzo de una invasión.
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