NUEVA DELHI – El primer ministro indio, Narendra Modi, enfrentó una creciente presión el viernes para imponer un bloqueo estricto en todo el país, a pesar del dolor económico que provocará, ya que un aumento sorprendente en los casos de coronavirus que ha golpeado el sistema de salud del país no muestra signos de disminuir.
Muchos expertos médicos, líderes de la oposición e incluso jueces de la Corte Suprema están pidiendo restricciones nacionales, argumentando que un mosaico de reglas estatales es insuficiente para sofocar el aumento de infecciones.
Las estaciones de televisión indias transmiten imágenes de pacientes tendidos en camillas fuera de los hospitales esperando ser admitidos, con camas de hospital y escasez de oxígeno crítico. Las personas infectadas con COVID-19 en las aldeas están siendo tratadas en clínicas improvisadas al aire libre, con goteros intravenosos colgando de los árboles.
A medida que aumentan las muertes, los crematorios y cementerios se han inundado de cadáveres, y los familiares a menudo esperan horas para realizar los últimos ritos para sus seres queridos.
La situación es tan dramática que entre los que piden un cierre estricto hay comerciantes que saben que sus negocios se verán afectados pero que no ven otra salida.
“Solo si nuestra salud es buena, podremos ganar dinero”, dijo Aruna Ramjee, florista de la ciudad de Bengaluru, en el sur de la India. “El bloqueo ayudará a todos, y la propagación del coronavirus también disminuirá”.
El panorama alarmante ha captado la atención del mundo, al igual que muchos países desarrollados están viendo cómo las vacunas reducen las infecciones y comienzan a abrirse. El aumento repentino de la India ha servido como una advertencia para otros países con sistemas de salud frágiles , y también ha pesado mucho en los esfuerzos mundiales para poner fin a la pandemia, ya que el país es un importante productor de vacunas, pero se ha visto obligado a retrasar las exportaciones de inyecciones.
Las infecciones han aumentado en India desde febrero en un giro desastroso atribuido a variantes más contagiosas, así como a decisiones gubernamentales de permitir que multitudes masivas se reúnan para festivales religiosos y mítines políticos. El viernes, India informó un nuevo récord diario de 414.188 casos confirmados y 3.915 muertes adicionales. El recuento oficial diario de muertes se ha mantenido por encima de las 3.000 durante los últimos 10 días.